La afluencia de turistas que llegan a la capital con intenciones de adquirir productos mantiene vivo el negocio de muchos comercios que si no existiera este fenómeno coyuntural haría notar la escasez de dinamismo en cuanto a ventas, ya que luego de las compras de Reyes todo parece muerto en cuestión económica y comercial, según coincidieron referentes del microcentro.

Argentinos y brasileños copan las principales calles del polo neurálgico a nivel comercial en Asunción, principalmente del casco antiguo y los negocios de Palma y Estrella. Este pulular de turistas con intenciones de comprar electrónica, calzados, vestimentas, gastronomía y hasta combustible se nota con más énfasis de jueves a domingo.

Desde el parque automotor con chapa extranjera (principalmente del Río de la Plata) hasta las familias que recorren las calles con bolsos y se sientan en algún sitio gastronómico, se evidencia un movimiento poco convencional en esta época del año. De eso da fe Dionicio Duarte, encargado del tradicional bar Bolsi.

"Los argentinos, sobre todo, aprovechan porque quieren hacer compras con el precio conveniente para ellos. Además de sentarse a consumir nuestra gastronomía, les gusta mucho la sopa paraguaya. Como abrimos las 24 horas, siempre encuentran este local abierto y los fines de semana estamos aglomerados por los pedidos de los comensales. Esto se compensa un poco con la poca clientela paraguaya de este mes, ya que muchos están de vacaciones y salen de la ciudad", explica.

El contingente de interesados que copan el centro también está formado por brasileños, cuya estadía en el país difiere un poco de los argentinos, puesto que la mayoría de aquella nacionalidad viene por motivos de estudio, al haber universidades privadas que brindan ofertas y plazas de mucho interés para el bolsillo de los visitantes.

Entonces, llega el fin de semana y se acercan a los locales gastronómicos a saborear las exquisiteces paraguayas, al tiempo de buscar algún producto electrónico de conveniencia para llevarlo a su país.

Cambista y más. Víctor Martínez, dirigente de la cooperativa de cambistas y quien conoce muy bien el ritmo de calle Palma, destaca por su lado que el rubro que maneja se ve beneficiado con la afluencia de turistas argentinos, sobre todo, porque recurren permanentemente a los servicios de los cambistas, ya sea para pagar el hotel o en busca de un shopping para comprar.

"Lo que más llevan son prendas de vestir, artículos de electrónica, calzados y combustibles ya al salir de nuestro país. Les resulta más barato", afirma.

En su relacionamiento cotidiano con los visitantes, Martínez calibra y diferencia a los que tienen suficiente poder financiero para hacer sus adquisiciones en los centros comerciales del microcentro, de quienes le consultan sobre dónde se come más barato o las pensiones más económicas para pasar los días de visita.

"A veces, también hacemos de guías turísticos, porque preguntan insistentemente sobre los lugares para visitar, los sitios históricos adónde ir. Como tenemos a la Senatur cerca, también les orientamos para que busquen folletería sobre los atractivos", destaca.

Como también ocurre en lugares como Encarnación, que es copada por argentinos en busca de precios convenientes, los negocios de Asunción se ven beneficiados más allá de las ventas de Reyes.