"La microfinanza puede romper el círculo vicioso de la pobreza"

Entrevistas

   Domingo, 20 de Octubre de 2013

Teresa Rivarola de Velilla percibió hace casi 3 décadas que el negocio financiero puede ir de la mano con los proyectos sociales; dejó su oficina y fue a trabajar con su equipo al campo. Logró incluir a miles de personas al sistema financiero.

Convencida de que el sector rural representaba toda una promesa para el país por la riqueza de la tierra y con personas maravillosas que nada más necesitan una oportunidad, Teresa Rivarola de Velilla, percibió hace casi 3 décadas que el negocio financiero no tenía por qué estar separado de lo social y con su equipo de trabajo dejó de lado las formalidades que exigen un cargo directivo y fue al campo a aprender con ellos, conocer sus necesidades y apoyar con pequeños préstamos a personas que no tenían ningún bien para garantizar sus deudas. Así incursionó en las microfinanzas y hoy es toda una referencia en el tema. Sus programas han logrado traspasar las fronteras y hoy son imitados en otros países.

–¿Qué la motivó a incursionar en este ámbito?

–Fui invitada para uno de los primeros congresos de microcrédito realizado en Frankfurt, Alemania, donde tuve la oportunidad de profundizar mis conocimientos y crecer con el pensamiento de hacer algo con las personas excluidas del sistema financiero, teniendo muy presente mi comunidad y las personas con las que crecí, pues nací y estudié en una pequeña comunidad del segundo departamento, San Pedro.

–¿Qué la llevó a fijarse en este nicho?

–Haber vivido mi niñez y parte de mi adolescencia en el sector rural; haber tenido una madre que me ha dado ejemplos de solidaridad, especialmente con las personas más necesitadas, y haber compartido mi niñez con cientos de niñas que no han tenido la oportunidad de acceder a estudios superiores, han marcado mis pasos, mis sueños y mi compromiso con el sector rural de mi país.

–¿Qué adversidades sorteó?

–Los inicios fueron duros y desafiantes, ya que la industria del microcrédito estaba enfocada en el sector urbano. Era impensable otorgar un pequeño préstamo a un agricultor cuyo resultado dependía un 100% de factores climáticos. Así que buscamos alianzas con el sector público porque no podíamos con los tres retos que enfrentábamos: mejorar la productividad, otorgar el crédito en tiempo y forma; y buscar mercado. Dichas alianzas estratégicas las hicimos a través de cadenas agrícolas de valor que permitieran a nuestros clientes asegurar la venta de su producción.

–¿Y aciertos?

–Los aciertos fueron muchísimos y hoy cosechamos los frutos. Fuimos pioneros (Financiera El Comercio) en la apertura de sucursales en casi todo el interior; el trabajar con sectores vulnerables y aprender de sus necesidades; el encarar el trabajo de manera que sea sostenible en el tiempo y haber capacitado a más de 1.000 jóvenes para incursionar en el sistema financiero formal como su primer empleo.

–¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?

–La oportunidad de trabajar con 890 colaboradores que con su trabajo e inteligencia, aportan para que la empresa sea cada vez más inclusiva; el pertenecer a una institución financiera claramente con fines de lucro, pero que ha definido en su Misión y Visión ser una institución con impacto social positivo en la comunidad; y saber que se puede.

–¿Qué incidió para alcanzar el éxito?

–En primer lugar, la decisión y convicción de la Junta de Accionistas y Directores de trabajar para un segmento que no posee una garantía real para respaldar su operación crediticia; contar con colaboradores con alto compromiso y sentido social; la inversión en capacitación para entregar buenos servicios financieros, porque este es un negocio de volumen y los retornos no son a corto plazo.

–¿Qué es lo que no pudo concretar y lamenta?

–Uno de los grandes retos que no hemos podido llevar adelante y que de alguna manera fue frustrante para nuestra experiencia es no haber conseguido una alianza público-privada que nos permita acortar los tiempos de los pilotos para que cada quien cumpla con su rol.

–¿Cómo las microfinanzas pueden contribuir al desarrollo económico del país?

–Pueden contribuir mucho más al desarrollo del país creciendo en sus proyectos, generando mano de obra, preparando sus pequeñas empresas o producción para exportar, pues esto permitirá generar riquezas al país, ya que contarán con mayores niveles de ingreso que les permitirá tener una mayor capacidad de consumo. Y lo más importante: tendrán la oportunidad de romper el círculo vicioso de la pobreza, convirtiéndola en un círculo virtuoso que aportará oportunidades para sus hijos.

–¿Qué le gusta hacer fuera del ámbito laboral?

–Trato de compartir el mayor tiempo con mi familia; me gusta estar en casa, disfrutar de mis afectos. Amo el campo, la naturaleza siento que es parte de mi esencia. Los fines de semana practico un deporte que me contacta mucho con la naturaleza; disfruto mucho de la compañía de mis amigas, me gusta tomar el té con ellas y me hubiese gustado hacerlo con más frecuencia.

–¿Su filosofía de vida?

–Creo en la dedicación, la perseverancia, la constancia, la pasión y convicción con la que uno encara los desafíos ya sea en lo personal como en lo profesional. Soy una convencida de que debemos fortalecer día a día nuestro crecimiento personal y profesional. Creo en la solidaridad como el mejor camino para construir un país más inclusivo y acortar las grandes brechas que cada día nos dificultan más la convivencia pacífica.

–¿Qué lugar ocupa la religión en su vida?

–Como creyente, la religión ocupa un lugar muy importante. Cuando paso momentos hermosos agradezco siempre a Dios por la vida, por la salud. Y cuando las cosas no salen como las proyecto, le pido fuerza, entereza y fortaleza para enfrentar las adversidades con mucha humildad.

–Una reflexión final.

–La microfinanza es una herramienta poderosa para salir de la pobreza, pero debe ir acompañada por una fuerte capacitación. El Estado debe proporcionar a las personas y a sus empresas capacitación en manejo, en busca de la eficiencia en el trabajo de cada uno. Por ejemplo, un pequeño productor agrícola debe recibir asistencia técnica para mejorar el suelo, elegir la mejor semilla, etc., porque necesita mejorar su productividad para hacer frente a sus compromisos y obtener excedente.

Por: Miguela Lombardo