ARTISTA DEL VITRAL

Entrevistas

   Lunes, 26 de Marzo de 2012

El arte del vitral se remonta al siglo XII, alcanzando su máximo esplendor en los antiguos monasterios de la Edad Media. Este tratado del vidrio dejó de ser exclusivo de los templos con el pasar de los siglos, cuando su aplicación empieza a extenderse hacia la decoración de interiores.

En la actualidad, la técnica se utiliza tanto para crear espacios con personalidad propia como para decorar artefactos de iluminación, pues la luz filtrada a través de un vitral crea un ambiente íntimo y cálido.

Beatriz María de los Ángeles Careaga (50) es experta en vitrales, pero no siempre se dedicó a plasmar sus diseños sobre vidrio. A los 18 años siguió los dictados de su corazón y se dedicó a lo que quiso ser desde niña: azafata. Y fue justamente este oficio el que la llevó a convertirse en vitralista.

El absorbente trabajo en la desaparecida empresa de transporte aéreo Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) la hizo abandonar la carrera de Economía en el tercer año, pero no descarta retomar una carrera: “Cuando mis hijos me den nietos. Quiero regalarles un título en la pared”. Convencida de que todo tiene una razón de ser y de que en la vida debemos procurar hacer la diferencia, aún siendo funcionaria de LAP se preocupó por encontrar otra alternativa laboral que le permitiera quedarse en casa, antes de ser madre.

Sus amigos se percataron de la fascinación inconsciente que Beatriz profesaba por los vitrales al observar las fotografías de sus múltiples viajes alrededor del mundo. Esto marcó su segundo destino profesional, empezando un camino sin vuelta atrás: aprender la técnica de este arte. La primera dificultad que se le presentó fue que en Paraguay no había cursos especiales para personas ajenas a familias dedicadas a este oficio. Empezó a averiguar dónde podía aprender y perfeccionarse en vitrales. En Perú y Argentina aprendió con dos maestros de renombre como lo son Julio del Carpio y Jorge Curutchet. Antes de que LAP cerrara, Beatriz ya tenía montado un pequeño taller para ofrecer su creatividad y trabajo en vitrales. “Fue como una preparación para superar esa etapa”, reflexiona.

Nuevos proyectos en puerta

La vida fue dándole lecciones de cómo superar los obstáculos, de levantarse siempre después de caer y de buscar ayuda para determinadas situaciones. “Cuando me separé –hace 10 años lo único que tenía en mi maleta era un oficio de muy alto riesgo. Fue una etapa muy crítica, como una encrucijada existencial, pero decidí tomar el camino que mi corazón me indicó. Es así como vivo, siguiendo la voz de mi corazón”, dice.

El desarrollo de su lado racional y espiritual la convirtió en una persona plena y con deseos de ayudar a los demás, lo cual le dio una oportunidad de atender ciertas preocupaciones en el plano social.

“Cada año elijo apoyar un proyecto, como empresaria, ya sea de manera monetaria o como voluntaria. Para este 2012, quiero dar un paso más adelante e involucrarme en algo que sirva a las personas”.

El detonante para inclinarse en esta nueva actividad fue enterarse de que, en Latinoamérica, Paraguay tiene el índice más bajo en inteligencia financiera y analfabetismo. “Eso me dolió”, apunta, convencida de que toda persona debe desarrollar todas las inteligencias que posee. “Mi objetivo es llevar adelante un proyecto de alfabetización financiera, para que la gente se ayude a misma para salir adelante.

Con una meta bien específica, actualmente, se está capacitando en Argentina en educación financiera desde el punto de vista práctico, para conocer, desde donde estamos parados, qué camino seguir para evitar los malos hábitos y lograr la libertad financiera. Es un proceso que puede ser muy difícil para mucha gente, porque es como un camino espiritual empezar a desapegarse o desprenderse de cosas que creían que eran buenas; pero al cambiar la visión, te das cuenta de que como persona se puede tener un nuevo despertar”, asegura.

Beatriz aprovechó cada cosa que hizo en la vida. De sus 14 años de aeromoza, etapa de mi juventud, vibrante y soñada”, sacó el oficio con el cual se gana la vida. Según declara, sus tres hijos son sobresalientes por solos y no tuvo dificultades para criarlos, lo cual le dio oportunidad de atender ciertas preocupaciones en el plano social. “El hilo conductor de toda planificación es ser felices y prósperos. Quiero dejar una huella y ayudar a los demás en ese campo del desarrollo individual”, finaliza.

MUNDO DE VITRALES

La pasión de Beatriz se convirtió en una empresa exitosa. Cada una de las piezas en las que se involucró tienen su sello personal y buen gusto. Uno de sus últimos trabajos de gran envergadura se inaugurará en mayo, aunque el lugar exacto aún no puede ser develado. Se trata de una fabulosa cúpula, ubicada en Asunción, que llevó un año y medio de tareas. La vitralista habilitó varias obras en 2011, como la de la iglesia de la Encarnación, cuya cuarta etapa está por culminar; en la capilla María Auxiliadora de Caraguatay, la iglesia Sagrados Corazones de Trinidad, el Cotolengo de Buenos Aires, Argentina; la restauración y reposición de vitrales de dos emblemáticas casonas antiguas de Asunción, y la instalación de vitrales de estilo Mondrian en la iglesia Cristo Rey. El arte de Beatriz trasciende fronteras; sus vitrales, además de Argentina, también se aprecian en la Capilla de la Nunciatura de Nueva Delhi, en la India. Otras obras están presentes en el Panteón de los Héroes, la Nunciatura de Asunción, la capilla del colegio Sor Eusebia Palomino (Lambaré) y la catedral de Caaguazú, entre otros lugares. En 2010, la firma de Beatriz Careaga recibió el premio Microempresa Exitosa del Año 2010, otorgado por la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC). Para más información, dirigirse a www.tallerdevitrales.com.  

 

Fuente: www.abc.com.py