No discrimine a su equipo obligándole a reunirse siempre de pie

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   Lunes, 12 de Junio de 2017

por trad. Teresa Woods

Hacer reuniones de pie en lugar de sentados se ha vuelto clave en muchas empresas que están adoptando nuevos e innovadores métodos de gestión empresarial como las metodologías ágiles. Se trata de sesiones diarias de seguimiento en las que un equipo informa de y coordina sus esfuerzos. Y la parte de "de pie" es literal: los participantes no se sientan en toda la reunión. ¿El motivo? La rapidez. Se quiere que la gente sea rápida a la hora de sacar a relucir los problemas y resolver los desacuerdos. Como explica la entrada de Wikipedia de las reuniones de pie, "la intención subyacentes es que la incomodidad de quedarse de pie durante períodos largos logre imponer una duración corta para estas reuniones".

Y su éxito es innegable. Pero también sería necesario cuestionar el hecho de que una organización adopte las reuniones de pie de manera generalizada. No sirven para todo, y al igual que sucede con cualquier cosa, tratarlas como una solución "de talla única" puede dar paso a consecuencias no deseadas.

Cuando era socio director de Accenture, nuestro equipo de Estrategias Organizativas y de Cambio ayudó a diseñar nuevas salas de conferencias para una de nuestras oficinas. El equipo decidió establecer distintos tamaños y formas para cada una de ellas. Algunas tenían una gran mesa redonda, otras el clásico modelo de sala de juntas "en forma de barco". Formamos rectángulos y cuadrados abiertos, además de disposiciones en forma de U con el jefe situado en el centro del lado corto de la U) y en forma de V (para permitir al facilitador adelantarse para colocarse delante de cada participante). El motivo de esta gran variedad es obvio: la dinámica de una reunión guarda una relación directa con la disposición de los participantes, ya sea en relación con el jefe, entre ellos,  o con el moderador.

Pero en una reunión de pie, no existe ningún orden concreto para colocar a los participantes. Además, hay que añadir la ecuación las diferencias físicas entre los miembros de un equipo. Imaginemos a alguien de 1,60 metros de altura intentando ilustrar un problema con un compañero de 1,93 metros justo delante. O colocado justo delante, o imaginemos que ambos debaten las ventajas y desventajas de un tema crítico de pie. Si aquí no ve un problema probablemente usted mide más de 1,60 metros. También recuerde que, de media, el hombre es más alto que la mujer, por lo que el sexismo a menudo es alimentado por el altismo, o la discriminación en función de la altura. (Mi editora en HBR mide 1,60 metros y afirma que lleva tacones para parecer más alta pero la táctica sólo agrava la incomodidad de las reuniones de pie).

Consideremos también un sano veinteañero negociando un problema difícil con un compañero de 63 años de edad que sufre de un leve trastorno cardíaco. Ambos han de quedarse de pie durante la duración de la conversación. Las elevadas energías del trabajador más joven desde luego podrían colocar un dedo invisible para inclinar la balanza a su favor. Intentar compensar estas diferencias al pedir a la gente baja que se coloque delante, por ejemplo, u ofrecer al trabajador más mayor un asiento mientras los demás permanezcan de pie sólo sirve para reforzarlas. Puede que las sillas alarguen las reuniones, pero, según la disposición de la mesa, también coloca a todos los participantes en pie de igualdad, por así decir.

No abogo por erradicar por completo las reuniones de pie. Pueden resultar efectivas en determinadas circunstancias, y las investigaciones demuestran que pueden impulsar la productividad. Pero cualquier organización que las emplee regularmente debería revisar cómo, cuándo y por qué ser ealizan. ¿Podría su equipo mantener una reunión de pie a la semana en lugar de varias? ¿Deberían limitarse forzosamente a cinco o 10 minutos, o debería permitirse que se alarguen, a veces para nada? ¿La gente verdaderamente rinde mejor estando de pie?

Imagínese que mide 1,60 metros,  tiene un mal estado de salud o es la mujer más baja de su organización, y se enzarza en una virulenta diferencia de opinión profesional con un compañero joven, sano y alto. ¿Querría estar de pie o sentado?

Fuente: https://www.hbr.es/reuniones/58/no-discrimine-su-equipo-oblig-ndole-reunirse-siempre-de-pie