7 Pasos para resolver el porcentaje de acciones

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   Domingo, 01 de Septiembre de 2019

¿Te ha sucedido que te proponen una sociedad en estas condiciones: “tú pones el conocimiento y yo pongo el dinero”?
 
O quizá: ¿Yo pongo el capital y tú pones el trabajo… y vamos al 50% cada uno?
 
Este tipo de sociedades es muy frecuente, parecen relaciones justas.  En este artículo verás que no siempre 50% a 50% es una relación justa y que hay “mucha tela que cortar” cuando un socio invierte el dinero y otro aporta el conocimiento o su trabajo personal.
 
Muchas personas han hecho negocios bajo alguna de las siguientes circunstancias:
 
• Un socio tiene el conocimiento o la idea de un producto genial, pero NO tiene el capital para invertir, así que busca a un amigo o a un inversionista para que coloque el dinero y deciden “ir al 50%”.
 
• Otra persona tiene un negocio en marcha, sabe que necesita capital para aprovechar nuevas oportunidades de mercado, pero no tiene este capital y tampoco tiene garantías para ofrecer como colateral en un banco para obtener financiamiento.  Así que un conocido aporta el capital, y este emprendedor ofrece a cambio una parte de las acciones.
 
• Una pareja, novios o casados, deciden emprender un nuevo negocio y consideran que lo correcto es repartir las acciones entre los dos al 50% para cada uno.
 
• Los padres ya llevan años en el negocio y ahora quieren repartir la empresa entre sus dos hijos, uno de ellos trabaja para la compañía y el otro no.  Pero las acciones las reparten al 50%.
 
• Dos hermanos emprenden una nueva empresa.  Uno tiene su empleo bien pagado en un banco, ha estudiado en la universidad y tiene algunos ahorros.  El otro es un empírico, muy trabajador, también tiene algunos ahorros, pero sabe que tiene serias deficiencias en la parte administrativa.  Ellos dos conversan y deciden llevar el negocio al 50%.
 
Estas son solo algunas pocas de las circunstancias que llevan a dos personas a emprender un negocio al 50%, “a medias” como dicen en algunos países latinos.
 
Cuando pasan los años estos dos socios que comenzaron con muchas expectativas, ven que la situación es diferente ahora y alguno de los dos siente que está en desventaja.
 
Las situaciones pueden ser igual de graves y las consecuencias también, sea que la empresa está teniendo éxito económico como si no lo estuviera teniendo.  Si hay ganancias, surge el problema de cuál es la forma justa de repartirlas.  Si hay pérdidas la situación también es muy grave, máxime cuando uno de los socios lleva la carga del trabajo y otro ha puesto garantías reales en crédito con los bancos.  ¿Qué sucedería si la empresa fracasa?
 
En realidad, no siempre elegimos malos Socios de Negocios, pero cometemos el error de no conversar alguno de los temas álgidos y esto puede provocar que en un futuro  “el lado malo” que todos tenemos surja en la relación.
 
Cuento la historia de aquel emprendedor esforzado y entusiasta que busca un socio inversionista para montar una escuela de natación para niños.  Necesita sesenta mil dólares y no los tiene.  Tiene clara la idea de negocio, ha negociado el contrato de alquiler a largo plazo; pero es joven, no tiene crédito bancario y tampoco garantías para ofrecer.  Su amigo le ofrece el dinero, pero le pidió el 50% de las acciones y algo más… Le pide que se encargue completamente de la construcción, administración del negocio y la operación a cambio de un salario de mil dólares mensuales.
 
Pasados unos tres años, su socio aparece un viernes cada mes a recoger el dinero “invertido” y sus ganancias, llega radiante en su BMW del año, con sus lentes sobre el cabello, saluda amistosamente a su socio quien está en la piscina dando clases a un grupo de niños.   Unos treinta minutos después toma su cheque, se despide y se va.  El otro queda en la piscina pensando que esa relación ya no es justa.  Él piensa que trabaja más, se esfuerza más, llega a las cinco de la mañana todos los días, se va a su casa a las nueve de la noche y solo toma un día libre a la semana para descansar.  Sigue ganando mil dólares semanales, aunque está recibiendo también el cheque de sus utilidades el mismo día que llega su radiante socio.
 
Este tema es extenso y tiene muchas aristas.  Pero en este artículo quiero hacerte reflexionar sobre varios aspectos que debes tomar en cuenta cuando te enfrentes a la situación de una sociedad al 50% en donde uno pone el dinero y el otro pone el trabajo o el conocimiento.
 
Aspectos a tomar en cuenta:
 
Lo primero es que te olvides de este mito: “Las sociedades al 50% son las más justas”.  El mito NO es cierto.
Las sociedades justas son las sociedades en las cuales los aportes son valorados al precio de mercado, en el mejor de los casos o a un precio justo y las acciones se distribuyen de acuerdo con el valor de esos aportes individuales.
 
Antes de invertir en un nuevo negocio debes tener claro el Flujo de Caja que tendrá ese negocio a través del tiempo.  Lo usual son proyecciones a doce meses.  Lo ideal son proyecciones a cinco años.   En este flujo proyectas los ingresos y los egresos de caja estimados para obtener el flujo neto de caja mensual, que determinará tus necesidades de capital y la recuperación del dinero invertido.
 
Antes de invertir y de comenzar un nuevo negocio debes tener claro el capital de inversión inicial: instalaciones, maquinaria, equipo, inventarios y capital de trabajo.  El capital incluye las necesidades de dinero para cubrir el crédito a los clientes, las planillas de los trabajadores y los gastos de los primeros meses hasta que la empresa alcance el punto de equilibrio.
 
El socio que pone el capital o dinero para las primeras compras debe tener claro que ese dinero ya no es de él, pasa a ser propiedad de la empresa.  No debe esperar que se le devuelva, como se le devolvería un préstamo.  A este socio se le pagarán utilidades cuando la empresa las empiece a producir.
 
El socio que aporta una idea de negocios, pero no aporta trabajo ni dinero, debe negociar con sus socios el valor de esa idea, de ese conocimiento y de ese producto.  De igual forma no debe esperar recibir a cambio una mensualidad por ese conocimiento.  Él recibirá utilidades cuando la empresa las empiece a generar.
 
El socio que aporta trabajo NO puede esperar recibir un salario de acuerdo con la profesión, la posición privilegiada de socio o por su presupuesto familiar personal.  Tampoco puede esperar un salario por ser “los ojos del dueño en la empresa”.  El socio que trabaja debe esperar un salario de acuerdo con el puesto que desempeñe propiamente en la empresa.  La mejor forma de estimar ese salario, es saber cuál sería el salario que se pagaría a una persona capaz y competente en el mercado para ocupar ese puesto.  El socio que trabaja debe cumplir las normas de horarios y desempeño de cualquier otro trabajador.
 
¿Cómo paga las acciones el socio que trabaja?  Generalmente el socio que trabaja no tiene dinero para invertir o tiene poco.  La cantidad de acciones que desea adquirir las puede pagar de dos formas:
 
a. Dejando una parte de su salario, cada mes como pago de esas acciones.
 
b. No retirando utilidades cuando empiecen a girarse, hasta pagar el valor de las acciones.
 
Pasos para establecer el porcentaje de acciones
 
La forma correcta de establecer el porcentaje de acciones en una nueva sociedad se logra siguiendo este orden:
 
PASO #1:
Calculen el capital de inversión inicial que será necesario para montar la empresa: instalaciones, maquinaria, equipo, permisos, gastos legales, gastos de organización, marcas, diseños, etc.
 
PASO #2:
Establezcan un valor a la idea de negocios o al producto que estará aportando uno de los socios a la empresa.  Esta valoración es una actividad que debería realizar un experto, pero lo socios pueden hacerlo estimando las ventas o las ganancias potenciales.   Valorar este aporte es tan importante como estimar la inversión inicial.
 
PASO #3:
Definan el puesto que ocupará el socio que aportará trabajo.  Definan las obligaciones y responsabilidades de ese puesto, igual como si estuvieran contratando a un particular.  Luego establezcan el salario que ganará ese socio mientras trabaje en la empresa.
 
PASO #4:
Elaboren el Flujo de Caja proyectado a 12 meses o, mejor aún, a 5 años.   En el mismo muestren los ingresos y egresos que se estiman para la empresa.  Siempre sugiero al menos dos escenarios: uno optimista y otro más conservador.
 
PASO #5:
Definan y escriban un acuerdo sobre la forma en que serán distribuidas las utilidades cuando la empresa empiece a generarla.  Cómo se distribuirán las utilidades y cada cuándo debe hacerse.
 
PASO #6:
Definan un capital social inicial y la cantidad de acciones u cuotas que lo representarán.  Un ejemplo:  cien mil dólares es el capital social y estará representado por 100 acciones de 1,000 dólares cada mes.    Tomen en cuenta que no siempre todo el aporte de capital inicial será aportado como capital social.  Los socios podrían acordar que una parte de ese aporte será devuelta a los socios.
 
PASO #7:
Luego deben sumar los aportes que cada socio estará haciendo a la empresa: efectivo aportado, propiedad intelectual (ideas o productos), o trabajo en especie (el salario que no retirará el socio que trabaje).  Estas partidas se suman y se calcula el porcentaje.  Sucede con frecuencia que el socio que invierte capital resulta “favorecido” con un porcentaje mayor y que el que trabaja con menos, porque no puede dejar una suma muy alta de su salario.  En este punto comienzan a surgir los conflictos; pero es mejor ahora que después, cuando ya la empresa tenga muchos años en marcha.
 
El porcentaje de los que tienen menos aporte se puede mejorar, acordando devolver al socio que invierte capital una parte de su dinero, reconociendo una tasa de interés como si fuera un préstamo.  También se puede mejorar, generando en la empresa una cuenta por cobrar a los socios, que luego pagarán de la forma en que se acuerde: sea con un pago mensual o mediante retención de utilidades.
 
Elaboren un documento o acta en donde todos estos acuerdos queden por escrito.  Cuanto más detallado mejor.  Todos firman el documento y cada uno se queda con una copia.  Algunos de estos acuerdos formarán luego parte de la constitución de la sociedad, pero el documento original será como el estatuto de la sociedad.”
 
Presta atención a esto que es delicado, habla con tus socios sobre el tema, sea que estén comenzando o que tengan años en esto.  Es mejor que lo conversen ahora antes de que surjan conflictos.
 
Sin duda esta es una de las decisiones más delicadas que toman quienes desean participar como socios en una empresa.  No siempre se discute abiertamente.
 
Por Enrique Núñez Montenegro

Fuente: https://www.fundapymes.com/7-pasos-para-establecer-el-porcentaje-de-acciones-en-una-nueva-sociedad/