“Demostramos que en Paraguay se trabaja con estándares mundiales”

Entrevistas

   Domingo, 03 de Noviembre de 2013

A partir de experiencias dolorosas que le tocó vivir, comenzó a trabajar con sectores desprotegidos con el objetivo cambiar la imagen de empresario paraguayo, trabajando activamente en emprendimientos y entidades sin fines de lucro. Así, Luis Fretes descubrió que cuando uno utiliza su poder de gestión y opera con gente que trabaja en procesos de organización se puede cambiar a la comunidad.

–¿Cómo fueron sus inicios como empresario?

–Mi perfil emprendedor se manifestó desde chico, en el colegio ya hacía negocios; vendía caramelos y jugos; durante la facultad, enseñaba matemáticas en el colegio San José y basquétbol en Las Teresas. En ese tiempo hice mi primer negocio con el que tuve muy buenos resultados: una empresa de servicio para fiestas; organizaba fiestas de 15 años y fiestas estudiantiles como Porky’s, Totem, donde vendía hasta 1.000 hamburguesas y lomitos. Las ganancias de ese negocio invertí para crear Protek hace 20 años, con mi socio Rubén Jacks. También creamos Planet, la primera empresa de internet en Paraguay.

–¿Una experiencia que marcó su vida empresarial?

–Hubo un chico que me hizo un click en la vida. Se llamaba Chino, tenía 11 años, era de Paraguarí, de la zona de Mbatoví. Chino sufría de los riñones y debía dializarse. Lo trajimos acá, pero como la diálisis costaba mucho sus padres decidieron que siga tratamiento con un “médico ñaná”. Un día me llamó a pedir que le traiga al hospital, lo hice, pero el médico me advirtió que él no pasaba la noche. Le hicieron una cirugía y antes de irse me dice: “No me quiero morir”, pero murió. Esta experiencia con Chino me marcó y de ahí nunca paré de ver todo este tema de la pobreza.

–¿Un hecho anecdótico en su carrera profesional?

–Cuando nos pusimos el desafío de abrir oficina en Brasil, hace 12 años, visitábamos a los clientes que, al enterarse de que éramos paraguayos, nos decían que Paraguay y seguridad no son compatibles, ya que nosotros éramos piratas y contrabandistas. Ese hecho me dolió mucho; tener que negar que somos paraguayos es muy duro. Pero asumimos el desafío como empresa de demostrar que el paraguayo puede y trabaja con estándares mundiales, y creo que lo estamos logrando, pues seguimos teniendo contratos importantes en Brasil.

–¿Que lo llevó a trabajar con organizaciones como la ADEC?

–Estoy en ADEC hace 12 años, porque creo que es el vehículo para cambiar los valores, para trabajar con calidad. A partir de algo que te duele que es la inseguridad o la situación de pobreza de nuestra gente, o algo que duele como que el empresariado paraguayo tenga una reputación no muy buena, empezamos a hacer cosas. Siempre digo que uno con la empresa puede tener dinero, tener poder, pero la tercera fuerza de la naturaleza además de estas dos es el amor y esta es la única fuerza que uno al dar recibe mucho más. Para una gran oportunidad que tenemos como personas en cualquier lugar, no solamente en el tema empresarial, sino en cualquier lugar, es que dando amor y tiempo uno se siente mucho más pleno.

–¿Qué es “Empresa sin pobreza”?

–En ADEC creímos necesario implementar una herramienta para que el combate a la pobreza empiece en las propias empresas. Optamos por El Semáforo, de Fundación Paraguaya, que tiene 50 indicadores. Uno de ellos dice que el colaborador de una empresa que gana sueldo mínimo y mantiene 6 personas ya está bajo la línea de la pobreza. Otro indicador mide si viven hacinados en una sola habitación o si tienen baños sin ducha y con letrina. Juntamos a los empleados de las 15 empresas que tienen estos problemas y les buscamos solución con empleos, colocación de ducha y baño moderno. Esto no es asistencialismo, sino que la empresa gestiona para que su colaborador tenga solución a estas carencias y así darle dignidad.

–¿Cuál es la base del éxito de su empresa o negocio?

–Cuando un cliente se va por un mal servicio, esa queja del cliente que se va hay que tomarla como un favor porque te dice dónde mejorar. Nosotros valoramos cada queja del cliente y trabajamos para mejorar; creo que ahí está el éxito de la empresa: reconocer los errores y a partir de ahí tomar acciones para corregirlos. Cualquier empresa que haga eso con obsesión irá ganando mercado y también la confianza en los que estamos en ella.

–¿Qué le sugiere a un emprendedor?

–Cuando se une la pasión al riesgo de lanzarse por un proyecto nace un emprendedor. A eso hay que sumarle capacitación y actualización; no debe apresurar el proceso, debe ir trabajando con cautela, con sueldos bajos e invirtiendo todo en la empresa.

–¿Cómo cree que incidirán las nuevas leyes económicas?

–Tenemos que entender primero que el despegue de un país toma un periodo de tiempo, pero tiene que tener un inicio, y el mejor inicio son estas leyes que están siendo aprobadas. El gran paso que puede dar este Gobierno es el de sorprendernos con una lucha frontal contra la corrupción, ganarse la confianza de la ciudadanía y dar el ejemplo a los otros dos poderes del Estado que están muy identificados con actos de corrupción. No menos importante es que el Estado facilite las condiciones en cuanto a infraestructura y seguridad para que todos podamos hacer nuestra parte. Los del sector privado no podemos dejarlo solo en esta tarea; podemos incidir no solo creando fuentes de trabajo, sino tomando acciones concretas de responsabilidad social empresarial.

–¿Su filosofía de vida?

–Yo creo que todos tenemos una misión en la vida, un propósito; alguien nos encomendó hacer algo en nuestro paso por este mundo. En mi caso, me puse como propósito dejar este país mejor que lo que recibí, y en ese sentido, trabajo en tres ejes, uno es el de mejorar la calidad de vida de los que más necesitan (fui presidente de la Fundación Solidaridad del Bañado Sur), lo segundo es demostrar que el empresario puede tener éxito trabajando con valores y principios (soy presidente de la ADEC) y el tercer eje de trabajo es el que Paraguay sea el país más seguro de la región (soy presidente de la Fundación País Seguro).

–¿Una reflexión final?

–Para mis colegas empresarios, que ya tienen su estabilidad económica, éxito empresarial, que no se pierdan la gran posibilidad de incidir a través de la responsabilidad social Empresarial en la mejora de la calidad de vida de sus funcionarios primero, de las comunidades donde estamos insertos y en consecuencia en nuestro Paraguay. Es cuando salimos del interior de nuestras empresas y contribuimos hacia afuera, donde nos sentimos plenamente humanos y le encontramos un propósito y sentido a nuestra vida.

Por Miguela Lombardo